La Sala COMETA, el centro de operaciones de Securitas que gestiona las pulseras de seguimiento para víctimas de violencia de género, se encuentra en el centro de una intensa controversia. Recientemente, los trabajadores de esta sala han denunciado lo que consideran una «manipulación» y «tergiversación» de la información relacionada con su labor y el funcionamiento de los dispositivos antimaltrato. En una carta abierta, los empleados expresaron su preocupación por la difusión de información errónea que, según ellos, genera miedo y desconfianza tanto en las víctimas como en el propio personal.
«Queremos desvincularnos de toda esta información falsa y tergiversada de la que se están haciendo eco los medios y que solo están consiguiendo causar miedo y desconfianza», afirmaron en su misiva. La carta destaca que, aunque el funcionamiento de los dispositivos no fue óptimo en sus inicios, los trabajadores han colaborado activamente para mejorar tanto los dispositivos como los protocolos de seguridad.
Los profesionales de la Sala COMETA se sienten frustrados por la falta de apoyo y reconocimiento, y solicitan que tanto la empresa como el Ministerio de Igualdad se pronuncien en defensa de su labor. En su opinión, es fundamental que se detengan los ataques y se garantice la estabilidad en su trabajo, así como el reconocimiento de su profesionalismo.
### Funcionamiento del Sistema COMETA y su Impacto en las Víctimas
El Sistema COMETA, operativo las 24 horas del día, fue creado en 2009 y actualmente cuenta con más de 4.500 dispositivos activos para mujeres víctimas de violencia de género. Este sistema no solo proporciona un dispositivo de seguimiento para las víctimas, sino que también permite la supervisión de los agresores, alcanzando a un total de 8.600 personas. La sala COMETA está diseñada para actuar de manera inmediata en caso de que un dispositivo falle o si el agresor intenta quitarse la pulsera. En tales situaciones, tanto la víctima como las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado son alertados de inmediato.
Desde el Ministerio de Igualdad se han compartido datos que desmienten ciertos rumores sobre el mal funcionamiento de los dispositivos. Aseguran que ninguna mujer que utilice el dispositivo ha sido asesinada en los últimos años y que no ha habido excarcelaciones debido a fallos en el sistema. Además, se ha aclarado que los dispositivos no son de bajo costo ni se adquieren en plataformas de comercio electrónico, como se había especulado.
El servicio COMETA está actualmente adjudicado a Securitas y Vodafone, con un contrato de 42,6 millones de euros para la gestión de 11.431 dispositivos. Este acuerdo implica una coordinación directa con las fuerzas de seguridad y los juzgados, lo que refuerza la seguridad de las víctimas. Cada víctima recibe un smartphone con un botón de pánico que envía alertas inmediatas, mientras que el agresor lleva una pulsera que permite su localización por GPS.
### La Necesidad de Mejorar la Comunicación y la Confianza
La situación actual pone de manifiesto la necesidad de mejorar la comunicación entre los distintos actores involucrados en la lucha contra la violencia de género. La falta de información clara y precisa puede llevar a malentendidos que afectan tanto a las víctimas como a los profesionales que trabajan en este ámbito.
Los trabajadores de la Sala COMETA han expresado su compromiso con la protección de las víctimas y su deseo de seguir mejorando los dispositivos y protocolos. Sin embargo, para que esto sea posible, es crucial que se establezca un diálogo abierto y constructivo entre los trabajadores, la empresa y las autoridades.
Además, es fundamental que se reconozca el esfuerzo y la dedicación de los profesionales que operan en la Sala COMETA. La labor que realizan es vital para la seguridad de muchas mujeres y sus familias, y su bienestar también debe ser una prioridad.
La violencia de género es un problema complejo que requiere un enfoque multidimensional. La implementación de tecnologías como las pulseras antimaltrato es solo una parte de la solución. Es necesario también abordar las causas subyacentes de la violencia y proporcionar apoyo integral a las víctimas.
En este contexto, la colaboración entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y los profesionales del sector es esencial para crear un entorno seguro y de apoyo para las víctimas de violencia de género. La transparencia en la gestión de los dispositivos y la comunicación efectiva sobre su funcionamiento son pasos cruciales para restaurar la confianza en el sistema.
La Sala COMETA, a pesar de las críticas y la controversia, sigue siendo un componente clave en la lucha contra la violencia de género en España. La defensa de su labor y la mejora continua de los dispositivos son fundamentales para garantizar la seguridad de las víctimas y la eficacia del sistema en su conjunto.
La situación actual es un llamado a la acción para todos los involucrados. La violencia de género no puede ser ignorada, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para erradicarla. La Sala COMETA y sus trabajadores merecen el apoyo y el reconocimiento que han solicitado, y es imperativo que se tomen medidas para asegurar que su labor sea valorada y respetada.
La lucha contra la violencia de género es un esfuerzo colectivo que requiere la participación activa de la sociedad en su conjunto. Solo a través de la colaboración y el compromiso se podrá avanzar hacia un futuro más seguro y equitativo para todas las mujeres.