La vida de Karlos Arguiñano es un testimonio de pasión, dedicación y amor por la cocina y la familia. A sus 77 años, este icónico chef vasco continúa deslumbrando al mundo con su energía y entusiasmo, presentando su duodécimo libro, «Cocina para todos», que promete ser un éxito en las mesas de muchas familias. En una reciente entrevista, Arguiñano compartió su visión sobre la cocina, la familia y la importancia de disfrutar de las cosas sencillas de la vida.
### La Cocina como Reflejo de la Vida Familiar
Arguiñano ha dedicado su vida a la cocina, no solo como un medio para ganarse la vida, sino como una forma de conectar con su familia. Con 14 nietos, el chef se siente afortunado y feliz de poder compartir momentos especiales con ellos. «Los domingos comemos juntos. En nuestra casa siempre es Navidad», afirma, reflejando la importancia de la comida como un vínculo familiar. Esta conexión se hace aún más evidente cuando habla de su nuevo libro, que incluye 560 recetas sencillas y accesibles, pensadas para aquellos que buscan cocinar de manera saludable y económica.
El chef enfatiza que su objetivo es que las recetas sean fáciles de seguir y que los ingredientes sean accesibles. «La idea es comer un poquito de todo y mucho de nada», explica, destacando la importancia de una dieta equilibrada. Arguiñano se preocupa especialmente por la obesidad infantil y la falta de tiempo que muchas familias enfrentan para compartir comidas juntos. «Es la forma de conocer sus problemas», dice, subrayando la necesidad de que las familias se reúnan en la mesa para fortalecer los lazos.
### Proyectos y Pasiones: Más Allá de la Cocina
A lo largo de su carrera, Karlos Arguiñano ha diversificado sus proyectos, desde la producción de películas hasta la gestión de una bodega de txakoli. Su pasión por la naturaleza y el vino es evidente cuando habla de su bodega, donde produce txakolis de alta calidad. «Este es mi hijo pequeño», dice con orgullo sobre su nuevo vino espumoso, reflejando su dedicación a la viticultura y su deseo de dejar un legado para las futuras generaciones.
La familia juega un papel crucial en sus proyectos. Sus hijos están involucrados en diversas facetas de su carrera, desde la repostería hasta la gestión de su bodega. «Fui a un baile y ahora somos 30», comenta, celebrando la expansión de su familia y la alegría que le brinda. Arguiñano también comparte un consejo valioso: «En esta vida hay que regar tres plantitas: la familia, los amigos y los compañeros de trabajo. Si cuidamos eso, vamos bien, pero hay que regarlo». Este enfoque en las relaciones humanas es un pilar fundamental en su vida y carrera.
A pesar de sus numerosos logros, Arguiñano se muestra humilde y reflexivo. Cuando se le pregunta si le quedan sueños por cumplir, responde: «Yo creo que no. En esta vida he hecho muchísimas cosas. Con que funcione todo lo que tengo a mi alrededor, me sobra». Su satisfacción con lo que ha logrado es palpable, y su amor por las cosas sencillas de la vida es inspirador.
Karlos Arguiñano no solo es un chef, sino un verdadero embajador de la cocina vasca y de los valores familiares. Su legado va más allá de las recetas; se trata de una filosofía de vida que promueve la unión familiar, la alegría y la pasión por lo que uno hace. A medida que continúa compartiendo su sabiduría y experiencia a través de sus libros y proyectos, Arguiñano sigue siendo un faro de inspiración para muchos, demostrando que la vida se puede disfrutar al máximo a cualquier edad.
