La exnadadora olímpica Gemma Mengual ha compartido su experiencia en el primer episodio de ‘Cangrejos Albinos’, un programa conducido por Ángeles Blanco que se desarrolla en el impresionante auditorio Jameos del Agua de Lanzarote. En este espacio, Mengual se ha sincerado sobre las dificultades que enfrentó en su carrera deportiva, especialmente tras convertirse en madre. Su relato pone de manifiesto los desafíos que muchas mujeres deportistas deben afrontar en un entorno que a menudo no está preparado para apoyar la maternidad.
### La Dura Realidad del Deporte de Élite
Desde muy joven, Mengual se destacó en la natación sincronizada, convirtiéndose en un ícono del deporte español. Sin embargo, detrás de su éxito y sus múltiples medallas, se esconde una historia de sacrificio y lucha. En su conversación con Ángeles Blanco, la deportista reveló que, a los 10 años, ya llegaba a casa «rota» después de los entrenamientos. Esta presión constante se intensificó tras su maternidad en 2010, cuando dio a luz a su primer hijo, Nil.
La maternidad, en lugar de ser un momento de celebración, se convirtió en un estigma para Mengual. A pesar de su deseo de seguir compitiendo, se encontró con un sistema que no solo no la apoyaba, sino que la veía como una complicación. «Empecé a darme cuenta que no era bienvenida en los entrenamientos», confesó. Esta sensación de rechazo se tradujo en una disminución de oportunidades y un aumento de la presión emocional.
Mengual recordó cómo, tras su regreso al equipo nacional, la sensación era que debía «buscarse la vida». La falta de comprensión y apoyo por parte de la estructura deportiva la llevó a cuestionar su lugar en el deporte que había amado durante tanto tiempo. «Cuando volví tras mi embarazo, me dijeron que me buscara la vida. No se supo gestionar», lamentó. Esta falta de apoyo, sumada a la presión de ser madre y deportista, la llevó a tomar la difícil decisión de retirarse.
### Un Regreso Triunfal y Activismo por los Derechos de las Mujeres
A pesar de su retiro, la historia de Mengual no terminó ahí. Después de varios años alejada de la competición, decidió regresar al deporte en 2016, a los 39 años, y participó en los Juegos Olímpicos de Río junto a Ona Carbonell. Aunque no logró una nueva medalla, su regreso le devolvió algo que consideraba aún más valioso: la dignidad deportiva. «Al final estaba escrito que tenía que competir, porque volví, aunque todo ha evolucionado», expresó con satisfacción.
Desde su regreso, Mengual ha continuado su vinculación con el deporte, no solo como comentarista, sino también como activista por los derechos de las mujeres en el ámbito deportivo. Su experiencia ha sido un catalizador para abogar por un cambio en la forma en que se percibe la maternidad en el deporte. Ha trabajado incansablemente para crear conciencia sobre la necesidad de un entorno más inclusivo y comprensivo para las mujeres deportistas que desean equilibrar su carrera con la maternidad.
La historia de Gemma Mengual es un poderoso recordatorio de que el camino hacia el éxito en el deporte de élite está lleno de obstáculos, especialmente para las mujeres. Su valentía al compartir su experiencia no solo inspira a futuras generaciones de deportistas, sino que también desafía a las instituciones deportivas a repensar sus políticas y prácticas en torno a la maternidad y la inclusión.
Mengual ha demostrado que, a pesar de las adversidades, es posible encontrar un camino hacia la realización personal y profesional. Su legado va más allá de las medallas y los trofeos; es un testimonio de la resiliencia y la fuerza de las mujeres en el deporte. A medida que continúa su labor como activista, su voz se convierte en un faro de esperanza para muchas que enfrentan desafíos similares en su búsqueda de equilibrio entre la vida personal y profesional.