La economía española ha captado la atención de analistas y organismos internacionales, destacándose como una de las más dinámicas dentro de la Unión Europea. Según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) de España crezca un 2,4% en 2025 y un 1,9% en 2026. Este crecimiento se atribuye a varios factores, entre ellos un mercado laboral robusto, el aumento de los ingresos reales y una notable caída de la inflación.
### Factores que Impulsan el Crecimiento
El informe de la OCDE resalta que el crecimiento económico de España está respaldado por un sólido mercado laboral. La tasa de desempleo ha descendido por debajo de los 2,5 millones de personas por primera vez en 17 años, lo que refleja una mejora significativa en la creación de empleo. Además, el número de afiliados a la Seguridad Social ha alcanzado casi 21,8 millones, lo que indica una recuperación en el mercado laboral.
El aumento de los ingresos reales también juega un papel crucial en este crecimiento. Con un consumo privado en alza, los españoles están dispuestos a gastar más, lo que a su vez estimula la economía. La caída de la inflación, que se ha mantenido por debajo del umbral del 2%, ha permitido que los consumidores mantengan su poder adquisitivo, lo que es esencial para el crecimiento sostenido.
En el ámbito fiscal, la OCDE anticipa que el déficit público se reducirá al 2,8% del PIB en 2025 y al 2,3% en 2026. Este descenso se debe a un crecimiento económico sólido que permitirá al gobierno gestionar mejor sus finanzas. La inversión también se espera que aumente, impulsada por la reducción de los costes de financiación y la implementación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Las exportaciones españolas están proyectadas a experimentar un crecimiento más lento, debido a la débil demanda de sus socios comerciales y a la creciente fragmentación comercial. A pesar de estos desafíos, la OCDE no considera que estos factores representen un riesgo significativo para la economía española en el corto plazo.
### Comparativa Internacional
El informe de la OCDE también coloca a España en una posición favorable en comparación con otras economías avanzadas. Mientras que se espera que la zona euro crezca un 1% en 2025 y un 1,2% en 2026, España lidera con un crecimiento proyectado del 2,4% y 1,9% respectivamente. Esta diferencia es aún más notable en comparación con países como Francia e Italia, que se espera que crezcan un 0,6% y un 0,4% en 2025, respectivamente.
Incluso en comparación con Estados Unidos, donde se prevé un crecimiento del 1,6% en 2025, España se sitúa por delante. Las proyecciones para el crecimiento de la economía estadounidense han sido revisadas a la baja, lo que resalta aún más la fortaleza de la economía española en el contexto global.
Sin embargo, la OCDE advierte que el crecimiento económico de España dependerá en gran medida del contexto internacional y de las políticas económicas implementadas. La creciente incertidumbre en torno a las políticas comerciales y el aumento de las barreras comerciales podrían afectar negativamente el crecimiento futuro. La organización también menciona el riesgo de que el proteccionismo se intensifique, lo que podría introducir nuevas barreras comerciales que impacten en las exportaciones.
A pesar de estos desafíos, el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa de España se muestra optimista. Destacan que el crecimiento se mantendrá elevado en 2026, impulsado por el consumo privado, la creación de empleo y un mayor dinamismo en la inversión. Además, la reducción del déficit y la deuda pública son aspectos que el gobierno está comprometido a mejorar, lo que podría contribuir a una mayor estabilidad económica a largo plazo.
En resumen, la economía española se presenta como un faro de crecimiento en Europa, con proyecciones alentadoras que destacan su resiliencia y capacidad de adaptación en un entorno global incierto. A medida que el país navega por los desafíos y oportunidades que se presentan, la atención estará centrada en cómo se desarrollarán las políticas económicas y cómo se enfrentarán las tensiones comerciales en el futuro.
