La reciente muerte de Enric Morist, presidente de la Taula del Tercer Sector de Cataluña, ha dejado una profunda huella en el tejido social de la región. A los 60 años, Morist falleció repentinamente debido a un infarto, un evento que ha conmocionado a más de 3.000 entidades sociales que representa la organización. Su legado y compromiso con la justicia social y la atención a las personas más vulnerables son recordados con gran respeto y admiración.
### Un Compromiso Inquebrantable con la Justicia Social
Enric Morist no solo fue un líder en el ámbito del tercer sector, sino que también dedicó más de 20 años de su vida a la Cruz Roja en Cataluña, donde se destacó por su dedicación y esfuerzo en la atención a las personas en situación de vulnerabilidad. Su carrera estuvo marcada por un firme compromiso con los derechos humanos y la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Como presidente de la Taula del Tercer Sector desde noviembre de 2024, Morist fue un defensor incansable de la justicia social, promoviendo iniciativas que buscaban construir una sociedad más inclusiva y equitativa.
La Taula del Tercer Sector ha expresado su profundo pesar por la pérdida de Morist, describiéndolo como «una figura de referencia» y «una voz clara y comprometida». Su trabajo no solo impactó a las organizaciones que representaba, sino que también influyó en la política social de Cataluña, donde su voz se alzó en defensa de los derechos de los más desfavorecidos. La Generalitat de Cataluña, a través de su presidente Salvador Illa, también ha manifestado su consternación, destacando la importancia del diálogo social que Morist promovía para ayudar a las personas más vulnerables.
### Un Legado que Trasciende
El legado de Enric Morist va más allá de su papel como líder en el tercer sector. Nacido en Igualada, Barcelona, en 1965, Morist era un profesional colegiado en educación social y ocupaba varios cargos relevantes, incluyendo el de director general de la Fundación Ayuda y Esperanza. Su trayectoria profesional estuvo marcada por un enfoque en la mejora de la calidad de vida de las personas en situación de vulnerabilidad, y su trabajo ha dejado una marca indeleble en la comunidad.
La Taula del Tercer Sector ha resaltado su impulso para lograr una sociedad más justa y equitativa, destacando su capacidad para unir a diferentes entidades y fomentar la colaboración entre ellas. Morist fue un firme defensor de la importancia del voluntariado y la participación ciudadana, convencido de que la unión de esfuerzos es clave para abordar los desafíos sociales que enfrenta la sociedad actual.
La pérdida de Morist se siente especialmente en un momento en que el tercer sector enfrenta numerosos retos, desde la financiación hasta la visibilidad de las problemáticas sociales. Su ausencia deja un vacío difícil de llenar, pero su legado continúa inspirando a quienes trabajan en el ámbito social. Las organizaciones que él ayudó a fortalecer seguirán luchando por los ideales que él defendió con tanto fervor.
En un contexto donde la atención a las personas más vulnerables es más crucial que nunca, la figura de Enric Morist se erige como un símbolo de esperanza y compromiso. Su vida y trabajo son un recordatorio de que cada acción cuenta y que la lucha por la justicia social es una tarea colectiva que requiere la participación de todos. La Taula del Tercer Sector y las entidades que la componen continuarán su labor en honor a su memoria, buscando siempre avanzar hacia un futuro más justo y equitativo para todos.
La comunidad social de Cataluña, así como muchas personas que conocieron y trabajaron con Morist, se unen en un sentimiento de pérdida, pero también de gratitud por todo lo que hizo durante su vida. Su legado perdurará en las acciones y en el compromiso de aquellos que continúan su lucha por un mundo mejor.