En el contexto político actual de España, la posibilidad de adelantar elecciones en las comunidades autónomas de Extremadura y Aragón ha cobrado fuerza. Esta situación se ha visto impulsada por la incertidumbre en torno a la aprobación de los presupuestos para 2026, lo que ha llevado al Partido Popular (PP) a considerar la opción de convocar a la ciudadanía a las urnas antes de lo previsto. La presidenta de Extremadura, María Guardiola, y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, están en el centro de esta discusión, que podría tener repercusiones significativas en el panorama político del país.
La propuesta de adelantar elecciones surge en un momento en que el apoyo de Vox, un socio clave para el PP en varias comunidades, parece estar en entredicho. Vox ha manifestado su negativa a respaldar los presupuestos de aquellas comunidades que acojan a menores migrantes, lo que ha llevado a la posibilidad de una prórroga presupuestaria. Esta situación es vista como una línea roja por Feijóo, quien ha criticado la gestión del Gobierno y ha propuesto una legislación que obligue a disolver las Cortes y convocar elecciones si se prorrogan los presupuestos en más de una ocasión.
La estrategia del PP en Extremadura y Aragón se centra en la necesidad de evitar una segunda prórroga presupuestaria, que podría interpretarse como un fracaso en la gobernanza. En Extremadura, Guardiola ha dejado claro que no está dispuesta a permitir que esto ocurra, y ha presentado una propuesta para modificar el reglamento de la Asamblea extremeña, permitiendo así que se convoquen elecciones anticipadas. Esta modificación requeriría el apoyo de al menos 33 de los 65 votos en el Parlamento de Mérida, lo que añade un nivel de complejidad a la situación.
Por otro lado, en Aragón, la situación es más incierta. Existen opiniones divididas sobre si Vox finalmente cederá y apoyará los presupuestos o si, por el contrario, se mantendrá firme en su postura. La migración ha sido un tema clave para Vox, y cualquier intento de acoger a migrantes podría resultar en una ruptura de relaciones con el PP. Esta dinámica ha llevado al partido conservador a una posición complicada, donde deben equilibrar su relación con Vox mientras intentan avanzar en la aprobación de los presupuestos.
El proceso legislativo para la aprobación de los presupuestos en ambas comunidades está marcado por plazos estrictos. Según el Estatuto de las Autonomías, las cuentas deben ser registradas a más tardar a mediados de octubre. A partir de ahí, se abrirá un periodo para presentar enmiendas y, posteriormente, se discutirá el proyecto en pleno. Si los presupuestos no se aprueban antes de Navidad, las elecciones podrían celebrarse en febrero, lo que complicaría aún más la situación para el PP, que busca unificar las citas electorales en un “súper domingo” que podría servir como un plebiscito sobre la gestión del Gobierno central.
La presión sobre el PP es considerable, ya que deben demostrar su capacidad para gobernar y gestionar los recursos de manera efectiva. La incertidumbre en torno a los presupuestos y la falta de apoyo de Vox podrían llevar a un escenario en el que las elecciones anticipadas se conviertan en la única opción viable. Esto no solo afectaría a las comunidades autónomas en cuestión, sino que también tendría implicaciones a nivel nacional, dado que el resultado de estas elecciones podría influir en la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez.
En este contexto, es crucial que el PP maneje con cuidado su relación con Vox y busque alternativas que le permitan avanzar en la aprobación de los presupuestos sin comprometer su base electoral. La situación en Extremadura y Aragón es un reflejo de las tensiones políticas que se viven en España, donde las alianzas y los acuerdos son cada vez más frágiles y donde la presión por parte de los votantes puede cambiar rápidamente el rumbo de la política regional y nacional. La capacidad del PP para navegar en este entorno incierto será determinante para su futuro político y para la estabilidad de las comunidades autónomas que gobierna.