En el corazón de Belén, donde las calles antiguas cuentan historias de resistencia y esperanza, nació Honey Thaljieh, una mujer que ha desafiado las normas sociales y ha utilizado el fútbol como un medio para superar los traumas de su infancia. Desde sus primeros pasos en el deporte hasta convertirse en una figura clave en la promoción del fútbol femenino en Palestina, su historia es un testimonio de perseverancia y valentía.
### Un Comienzo Difícil en Tiempos de Conflicto
Honey Thaljieh nació en 1984, en un contexto marcado por la violencia y la guerra. Crecer en Palestina durante la segunda Intifada (2000-2005) significó vivir en un entorno donde la muerte y la destrucción eran parte de la vida cotidiana. Sin embargo, a pesar de las adversidades, el fútbol se convirtió en su refugio. Desde pequeña, observaba a los chicos jugar en las calles y, a los siete años, decidió unirse a ellos. «El fútbol era una forma de distraerme, de escapar de mis traumas», confiesa Thaljieh.
El camino no fue fácil. En una sociedad donde las expectativas sobre las mujeres son restrictivas, enfrentó el rechazo tanto de su comunidad como de su propia familia. Su madre, sin embargo, fue su mayor apoyo, alentándola a seguir sus sueños a pesar de los peligros que implicaba jugar al fútbol en un contexto de conflicto. Con el tiempo, incluso su padre, que inicialmente se oponía a que su hija practicara este deporte, llegó a sentirse orgulloso de sus logros.
### La Creación de la Selección Femenina de Fútbol de Palestina
La pasión de Honey por el fútbol la llevó a estudiar Administración de Empresas en la Universidad de Belén, donde se convirtió en la primera y única mujer en unirse al equipo de fútbol. Junto a Samar Araj, directora de deportes de la universidad, fundaron la selección femenina de fútbol de Palestina. A pesar de los desafíos, como la falta de instalaciones y el rechazo social, lograron reunir a un grupo de mujeres dispuestas a desafiar las normas y a jugar.
El primer partido internacional de la selección se celebró en 2009, un hito que marcó un antes y un después en la historia del fútbol femenino en Palestina. Aunque el equipo perdió 9-0 ante Jordania, la experiencia fue emocionante y sentó las bases para el crecimiento del fútbol femenino en la región. Desde entonces, el número de clubes ha aumentado a 30, y la selección ha recibido apoyo de la FIFA, lo que ha permitido que más mujeres se involucren en el deporte.
Honey Thaljieh no solo ha sido una jugadora, sino también una pionera en la gestión deportiva. Se convirtió en la primera mujer de Oriente Próximo en completar el FIFA Master, un programa intensivo de gestión deportiva, lo que le permitió adquirir las herramientas necesarias para impulsar el fútbol femenino en su país. Su historia es un ejemplo de cómo el deporte puede ser un vehículo para el cambio social y la igualdad de género.
### El Impacto del Fútbol en la Lucha por la Igualdad
A lo largo de su carrera, Thaljieh ha utilizado su plataforma para abogar por la igualdad de género y la paz en Palestina. En un reciente congreso por la equidad de género, expresó su orgullo por el apoyo que ha recibido de la comunidad internacional y cómo el fútbol puede ser una herramienta poderosa para la justicia social. «La voz del pueblo es poderosa y necesaria para detener el genocidio», afirmó, enfatizando que su lucha no es solo política, sino una cuestión de humanidad.
El apoyo de clubes de fútbol, como el Athletic Club de Bilbao, ha sido fundamental para amplificar su mensaje. Durante un partido, el equipo vasco mostró su solidaridad con el pueblo palestino, lo que Thaljieh describió como un momento emocionante que demuestra que el deporte puede unir a las personas en torno a causas justas. «Los clubes deben apoyar causas que ayuden a detener genocidios», subrayó, instando a otros equipos a seguir su ejemplo.
### Mirando hacia el Futuro
Honey Thaljieh sueña con un futuro en el que Palestina participe en un Mundial de fútbol. Su visión incluye un entorno donde los niños y niñas puedan crecer libres de miedo y violencia, y donde el fútbol femenino sea una parte integral de la cultura deportiva del país. «Quiero que las jóvenes palestinas que desean jugar al fútbol sepan que pueden lograrlo, que deben sobrevivir y soñar en grande», aconseja.
La historia de Honey Thaljieh es un poderoso recordatorio de cómo el deporte puede ser un refugio y una herramienta de cambio. Su vida y su trabajo continúan inspirando a muchas mujeres en Palestina y en todo el mundo, demostrando que, a pesar de los obstáculos, la perseverancia y la pasión pueden abrir caminos hacia un futuro más equitativo y esperanzador.