La presa de Yesa, ubicada entre Zaragoza y Navarra, ha sido objeto de un intenso debate durante más de dos décadas. Este proyecto de recrecimiento, que busca duplicar la capacidad del embalse, ha acumulado retrasos y controversias debido a la inestabilidad del terreno donde se asienta. Con un presupuesto que ha crecido de 113 millones a 290 millones de euros, la obra se encuentra actualmente paralizada, lo que ha generado inquietud entre los habitantes de la zona y los expertos en gestión del agua.
La presa original, construida en 1959, es conocida como el «Mar del Pirineo» por su extensión y su importancia en el riego de aproximadamente 60,000 hectáreas en Aragón y Navarra. Sin embargo, el proyecto de recrecimiento, que aumentaría la capacidad del embalse de 447 a 1,079 hectómetros cúbicos, ha sido criticado por su potencial riesgo de deslizamientos de tierra y la seguridad de las comunidades cercanas.
### La Inestabilidad del Terreno y sus Consecuencias
Uno de los principales problemas que enfrenta el proyecto es la inestabilidad del terreno. Expertos como el profesor de Geología Antonio M. Casas han señalado que la presa está construida sobre dos deslizamientos, lo que ha llevado a la aparición de grietas y ha provocado el desalojo de varias urbanizaciones cercanas. En 2013, dos urbanizaciones fueron demolidas debido a estos corrimientos de tierra, lo que afectó a alrededor de 100 hogares.
Los críticos del proyecto, incluidos ecologistas y asociaciones locales, han calificado la ampliación de «temeraria». En caso de que la presa llegara a romperse, se estima que podría inundar Zaragoza y otras localidades cercanas en cuestión de horas. Aunque la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) defiende la seguridad del proyecto, el silencio en las laderas del embalse, donde no se observan trabajos en curso, genera preocupación entre los residentes.
La CHE ha indicado que las obras están al 80% de su finalización, pero han estado paralizadas desde 2023 a la espera de la aprobación de una nueva modificación del proyecto. Una vez que se apruebe, se estima que los trabajos podrían durar al menos otros cuatro años y medio, lo que sitúa la finalización del proyecto a finales de esta década.
### Un Debate sobre la Cultura del Agua
El conflicto en torno a la presa de Yesa no se limita a cuestiones técnicas y de seguridad. También refleja un debate más amplio sobre la gestión del agua en España. El profesor César González Cebollada, de la Universidad de Zaragoza, argumenta que el recrecimiento representa un modelo obsoleto de gestión del agua, que prioriza soluciones de infraestructura en lugar de enfoques más sostenibles y eficientes.
España es el país de la Unión Europea con el mayor número de grandes presas, pero cada nueva construcción se vuelve menos útil debido a la creciente escasez de agua. González Cebollada y otros defensores de una «nueva cultura del agua» abogan por medidas que se centren en la gestión de la demanda y en la implementación de soluciones menos invasivas, como la mejora de los sistemas de riego y la construcción de balsas laterales de almacenamiento.
La Fundación Nueva Cultura del Agua, de la cual forman parte varios expertos, sostiene que la atención debería centrarse en la búsqueda de sistemas eficientes y rentables para los agricultores, en lugar de seguir construyendo grandes infraestructuras que generan impactos ambientales y sociales significativos. La historia de la presa de Yesa, que ha llevado a la expulsión de comunidades enteras y ha transformado el paisaje de la región, es un claro ejemplo de los costos asociados a este tipo de proyectos.
### La Perspectiva de los Agricultores y la Necesidad de Agua
A pesar de las críticas, muchos agricultores y regantes de la zona ven el recrecimiento de la presa como una necesidad urgente. José María Vinué, presidente de la Comunidad General de Regantes del Canal de las Bardenas, ha expresado que la actual presa no es suficiente para almacenar el agua de lluvia, lo que ha llevado a pérdidas significativas en las cosechas. En el último año, se estima que más de mil hectómetros cúbicos de agua se han perdido porque el embalse estaba lleno.
Los agricultores argumentan que el recrecimiento es fundamental para garantizar el riego de más de 90,000 hectáreas de cultivo en la comarca. Sin embargo, algunos expertos sugieren que existen alternativas menos costosas y más sostenibles que podrían ayudar a mantener el regadío sin necesidad de ampliar la presa. Estas alternativas incluyen la mejora de la infraestructura existente y la implementación de tecnologías más eficientes en el uso del agua.
### La Seguridad y el Futuro de la Presa
La seguridad de la presa de Yesa ha sido objeto de debate, especialmente a la luz de eventos climáticos extremos como las lluvias torrenciales. La Chunta Aragonesista, un partido político local, ha cuestionado las garantías de seguridad del proyecto, sugiriendo que podría convertirse en un «verdadero peligro» en caso de una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) similar a la que afectó a Valencia en 2024.
Los expertos advierten que, en caso de una rotura de la presa, las localidades ribereñas, como Sangüesa, tendrían poco tiempo para evacuar. En el peor de los escenarios, el agua podría alcanzar hasta cinco metros en Zaragoza, lo que causaría daños devastadores. Aunque la CHE ha defendido la estabilidad de la ladera, la preocupación entre los residentes persiste, especialmente considerando el historial de deslizamientos en la zona.
### La Historia y el Legado de la Presa
La historia de la presa de Yesa está marcada por la controversia y el conflicto. Desde su construcción en 1959, que resultó en la inundación de varias localidades y la expulsión de 1,500 vecinos, hasta los actuales debates sobre su ampliación, la presa ha sido un símbolo de la lucha por el agua en la región. Los habitantes de pueblos como Sigüés y Artieda han visto cómo sus comunidades han sido transformadas por las decisiones tomadas en torno a la gestión del agua.
El legado de la presa de Yesa es complejo, y su futuro sigue siendo incierto. Mientras algunos ven en su recrecimiento una oportunidad para asegurar el suministro de agua en una región cada vez más afectada por el cambio climático, otros advierten sobre los riesgos y las consecuencias de seguir apostando por grandes infraestructuras hídricas. En un contexto donde la escasez de agua se convierte en una realidad cada vez más apremiante, la necesidad de un enfoque más sostenible y responsable en la gestión del agua es más relevante que nunca.
