El proceso de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2026 se encuentra en una encrucijada crucial, ya que el Ministerio de Hacienda tiene un plazo limitado para activar este procedimiento. Con la presión de un calendario ajustado y la necesidad de cumplir con las recomendaciones del Consejo de la Unión Europea, el Gobierno español se enfrenta a un desafío significativo. Este artículo explora los aspectos clave de este proceso y los obstáculos que podrían afectar su desarrollo.
La Activación del Proceso Presupuestario
El Ministerio de Hacienda, bajo la dirección de María Jesús Montero, tiene un plazo de quince días para dar luz verde a la orden de elaboración de los PGE de 2026. Este documento es esencial, ya que establece los criterios técnicos y los plazos que los diferentes ministerios deben seguir para presentar sus propuestas. La orden no requiere la aprobación del Consejo de Ministros y se publica directamente en el Boletín Oficial del Estado, lo que agiliza el proceso.
La publicación de esta orden suele coincidir con las recomendaciones específicas que el Consejo de la Unión Europea emite para cada país en el marco del Programa de Estabilidad. Estas recomendaciones son cruciales, ya que deben ser consideradas al diseñar las nuevas cuentas públicas. En este sentido, el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros tiene programada una reunión para discutir el paquete de primavera del Semestre Europeo, donde se espera que se apruebe una «nota horizontal» con las recomendaciones finales.
Una vez que se publique la orden de elaboración, el siguiente paso será la aprobación de los objetivos de estabilidad presupuestaria, la deuda pública y el límite de gasto no financiero, conocido como el techo de gasto. Este límite es fundamental, ya que establece el máximo permitido para el gasto público y debe ser aprobado en el Consejo de Ministros. En el año anterior, el Gobierno intentó aprobar estos objetivos en julio, pero el Congreso los rechazó, lo que llevó a una situación de incertidumbre.
El proceso de elaboración de los PGE es complejo y requiere una negociación interna entre los distintos ministerios y Hacienda. Idealmente, todo debería estar resuelto en julio, permitiendo que las Comisiones de Análisis de Programas se reúnan y comiencen a dar forma al proyecto. El objetivo es que el documento final esté listo en septiembre, para que el Gobierno pueda aprobarlo y enviarlo al Congreso antes del 1 de octubre. Esto permitiría cumplir con los plazos establecidos y dejar el último trimestre del año para negociar su aprobación, de modo que las cuentas entren en vigor el 1 de enero.
Crisis Interna del PSOE y su Impacto en el Proceso Presupuestario
La elaboración de los Presupuestos Generales del Estado de 2026 se desarrolla en un contexto político complicado para el PSOE. La reciente dimisión de Santos Cerdán como secretario de Organización del partido, tras las revelaciones de un informe que lo vincula con el caso Koldo, ha generado una crisis interna que podría afectar la capacidad del Gobierno para avanzar en el proceso presupuestario. Cerdán ha sido acusado de centralizar operaciones y mordidas en favor de José Luis Ábalos, lo que ha sacudido los cimientos del partido.
La situación es delicada, ya que la crisis interna del PSOE coincide con la necesidad de presentar un presupuesto sólido y equilibrado. La falta de apoyo interno podría dificultar la aprobación de los objetivos de estabilidad presupuestaria y el techo de gasto, lo que a su vez podría retrasar la elaboración de los PGE. En este sentido, la presión sobre el presidente Pedro Sánchez es considerable, ya que debe gestionar tanto la crisis interna como las exigencias externas del proceso presupuestario.
La oposición también está aprovechando la situación para activar su modo precampaña, lo que añade más presión al Gobierno. La caída de Cerdán ha sido utilizada por partidos como el PP y Vox para criticar al PSOE y cuestionar su capacidad de gobernar. Esto crea un ambiente político tenso que podría influir en las negociaciones presupuestarias y en la búsqueda de apoyos necesarios para la aprobación de las cuentas.
En resumen, el proceso de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2026 se enfrenta a múltiples desafíos, desde la necesidad de cumplir con los plazos establecidos hasta la gestión de una crisis interna en el PSOE. La capacidad del Gobierno para navegar por estas aguas turbulentas será crucial para garantizar la estabilidad económica y política del país en los próximos años.