En la última década, España ha logrado un notable crecimiento económico mientras simultáneamente ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero. Según un informe de la empresa energética Moeve, entre 2013 y 2023, el Producto Interior Bruto (PIB) del país creció aproximadamente un 45%, alcanzando casi 1,5 billones de euros. Este crecimiento se ha visto acompañado de una disminución del 8% en las emisiones de CO2, que pasaron de alrededor de 312 millones de toneladas a unos 288 millones en el mismo periodo. Este fenómeno de «desacoplamiento» entre el crecimiento económico y la reducción de emisiones se atribuye a varios factores, incluyendo el auge de las energías renovables y una mejora en la eficiencia energética.
La transición energética en España ha sido fundamental para este cambio. La energía eólica y solar se han consolidado como pilares del sistema energético español, con una participación que ya alcanza el 50% en la generación eléctrica. Este avance ha sido posible gracias a un cambio profundo en el modelo productivo del país, donde el sector servicios, la tecnología y la innovación han ganado peso frente a industrias más intensivas en emisiones. Sin embargo, aún existen retos significativos, especialmente en sectores como la industria y el transporte pesado, que son más difíciles de descarbonizar.
### Impulso a la Transición Energética
La transición hacia un modelo energético más sostenible ha sido impulsada por diversas políticas y programas. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y los fondos europeos ‘Next Generation EU’ han orientado inversiones hacia la movilidad sostenible, la rehabilitación energética de edificios y la electrificación del transporte. Estas iniciativas son cruciales para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones establecidos por el gobierno español, que busca reducir un 55% las emisiones en 2030 en comparación con los niveles de 1990 y alcanzar la neutralidad climática para 2050.
Moeve ha destacado que 2023 ha marcado un punto de inflexión en este proceso. A pesar de que el PIB creció un 2,5%, las emisiones se redujeron un 5,5% en comparación con el año anterior. Este hecho demuestra que es posible continuar con el crecimiento económico mientras se disminuye la huella de carbono. La empresa también ha señalado que la intensidad de carbono, es decir, las emisiones de gases de efecto invernadero por euro producido, se ha reducido en un 41% desde 2008, lo que evidencia un cambio significativo en la forma en que se produce y consume energía en el país.
La energía renovable ha jugado un papel crucial en este proceso. La energía solar, en particular, ha experimentado un crecimiento interanual del 23% en 2024, posicionando a España como líder en el despliegue de esta fuente de energía a nivel europeo. Mientras que la media de la Unión Europea cubre el 11% de su electricidad con energía solar, España alcanza el 24%. Además, el 56,8% de la electricidad generada en 2024 provino de fuentes renovables, superando el 47% de media en la Unión Europea.
### Desafíos en la Descarbonización
A pesar de los avances, la descarbonización de sectores como la industria y el transporte pesado sigue siendo un desafío. Estos sectores son más difíciles de electrificar y requieren un enfoque diferente para reducir sus emisiones. La industria, por ejemplo, está comenzando a adoptar biocombustibles, hidrógeno verde y otras energías alternativas para avanzar hacia procesos más sostenibles. Sin embargo, la transición completa aún está en desarrollo y requerirá un esfuerzo continuo y coordinado.
El compromiso de España de reducir sus emisiones en un 55% para 2030 es ambicioso, pero necesario para cumplir con los objetivos climáticos globales. La colaboración entre el gobierno, las empresas y la sociedad civil será esencial para lograr estos objetivos. Las políticas públicas que fomenten la innovación y la inversión en tecnologías limpias serán clave para facilitar esta transición.
En resumen, el crecimiento económico de España en la última década ha ido de la mano con la reducción de emisiones, gracias a un cambio hacia un modelo energético más sostenible. La combinación de políticas efectivas, inversiones en energías renovables y un cambio en la estructura económica del país han permitido este avance. Sin embargo, los retos en sectores como la industria y el transporte pesado requieren atención continua para asegurar que España pueda cumplir con sus objetivos climáticos en el futuro.
									 
					