Un incidente alarmante tuvo lugar en la provincia de Jaén, donde un conductor de autobús fue investigado por la Guardia Civil tras ser sorprendido transportando a un grupo de pasajeros, incluyendo ocho menores, mientras quintuplicaba la tasa de alcoholemia permitida para los profesionales del volante. Este suceso pone de manifiesto la importancia de la seguridad vial y la responsabilidad que conlleva el transporte de personas, especialmente cuando se trata de menores de edad.
### Un viaje lleno de riesgos
El incidente ocurrió el pasado 17 de mayo, cuando un grupo de 14 personas, entre las que se encontraban jóvenes atletas de un club de atletismo, se dirigía desde Jaén a Almería para participar en una competición. Desde el inicio del viaje, los pasajeros notaron que algo no estaba bien. El conductor, contratado para el transporte discrecional, mostraba comportamientos extraños que generaron preocupación entre los viajeros. Según los testimonios, el conductor tenía dificultades para abrir el maletero del autobús y, al comenzar la marcha, realizaba aceleraciones y frenazos sin razón aparente. Además, no pudo seguir la ruta correcta hacia su destino, lo que llevó a los pasajeros a tener que indicarle el camino.
La situación se tornó más preocupante cuando, tras recorrer aproximadamente 20 kilómetros, el conductor decidió detenerse en un área de servicio. Alegó que necesitaba un descanso reglamentario debido a un viaje largo realizado el día anterior. Sin embargo, en lugar de descansar, se dirigió al bar del establecimiento y comenzó a consumir bebidas alcohólicas. Este comportamiento levantó aún más las alarmas entre los pasajeros, quienes decidieron actuar y alertar a las autoridades.
### Intervención de la Guardia Civil
La rápida reacción de los pasajeros permitió que una patrulla de la Unidad de Investigación de Seguridad Vial de la Guardia Civil se presentara en el lugar. Al llegar, los agentes sometieron al conductor a una prueba de alcoholemia, la cual reveló que su tasa de alcohol en sangre quintuplicaba el límite permitido para conductores profesionales. Este hallazgo fue un claro indicativo de la grave infracción que estaba cometiendo, poniendo en riesgo no solo su vida, sino también la de todos los pasajeros a bordo.
Además de la intoxicación etílica, las investigaciones posteriores revelaron que el conductor no contaba con un permiso de conducir válido, ya que había sido retirado por decisión judicial. Esta información fue crucial para las diligencias que se instruyeron y que fueron enviadas a la autoridad judicial correspondiente. La gravedad de la situación llevó a que los pasajeros pudieran continuar su viaje a Almería, pero esta vez bajo la supervisión de un conductor habilitado que fue enviado por la empresa de transporte.
Este caso resalta la necesidad de una mayor vigilancia y control en el sector del transporte, especialmente en lo que respecta a la seguridad de los menores. Las autoridades deben implementar medidas más estrictas para garantizar que los conductores que transportan a niños y adolescentes cumplan con todas las normativas y regulaciones vigentes. La responsabilidad de cuidar la vida de los pasajeros, especialmente de los más vulnerables, recae en los conductores y las empresas de transporte, quienes deben asegurarse de que sus empleados estén en condiciones óptimas para realizar su trabajo.
La seguridad vial es un tema que debe ser prioritario en la agenda pública, y este incidente es un recordatorio de que aún queda mucho por hacer para prevenir situaciones de riesgo en las carreteras. La educación y la concienciación sobre el consumo de alcohol y la conducción son fundamentales para evitar que se repitan casos como este, que no solo afectan a los involucrados, sino que también pueden tener consecuencias devastadoras para las familias y la comunidad en general. La colaboración entre las autoridades, las empresas de transporte y la sociedad es esencial para crear un entorno más seguro en las vías públicas.