La braña de Aristébano se prepara para acoger un evento muy especial el próximo 27 de julio: la boda de Sofía Pérez Valdés y Ricardo López Luiña. Este enlace civil no solo representa la unión de dos personas, sino que también es el acto central del Festival Vaqueiro, una celebración que destaca la rica cultura de los pueblos trashumantes del Occidente de Asturias. Este festival, que se celebra cada último domingo de julio, ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico de Asturias, y atrae a visitantes de todas partes que desean sumergirse en las tradiciones locales.
La Vaqueirada, como se conoce a este festival, es una invitación a conocer las costumbres ancestrales de la región. La jornada comenzará a las 11:30 horas con la reunión de la comitiva nupcial, que se dirigirá a la ermita de La Divina Pastora. Los novios y sus padrinos montarán a caballo, mientras que un carro tirado por bueyes transportará el ajuar y los enseres domésticos, recreando una de las tradiciones más emblemáticas del pueblo vaqueiro. Este acto no solo es un homenaje a la cultura vaqueira, sino también un reconocimiento a aquellos que han trabajado para preservar y difundir estas tradiciones.
En esta 65 edición de la Vaqueirada, se otorgarán distinciones a los Vaqueiros Mayores y Vaqueiros de Honor. Olimpia Rubio López y Manuel López Santiago serán reconocidos como Vaqueiros Mayores, mientras que César Suárez Junco, director de Crivencar/Tierra Astur, y otros destacados miembros de la comunidad recibirán el título de Vaqueiros de Honor. Este reconocimiento es un testimonio del compromiso de la comunidad con su herencia cultural.
La jornada estará llena de actividades que celebran la música y la danza tradicional. Grupos de gaitas amenizarán el evento, y los asistentes podrán disfrutar de bailes y cantares que evocan la historia y las tradiciones de la región. Tras la ceremonia, se llevará a cabo una comida campestre popular, donde no faltarán platos típicos de la gastronomía vaqueira, como el chosco, empanadas, bollos preñaos, lacón, frixuelos, natas vaqueiras y el tradicional café de puchero. Esta comida no solo es una oportunidad para degustar la rica cocina local, sino también para compartir momentos y crear lazos entre los asistentes.
Por la tarde, a partir de las 16:30 horas, se celebrará el Festival del Folclore Vaqueiro, donde las danzas y bailes tradicionales serán los protagonistas. Este festival es una plataforma para que los grupos locales muestren su talento y mantengan vivas las tradiciones que han sido transmitidas de generación en generación. La música y el baile son elementos esenciales de la cultura vaqueira, y su presencia en este evento es fundamental para mantener viva la esencia de la comunidad.
La boda de Sofía y Ricardo no solo es un evento personal, sino que también simboliza la continuidad de una cultura rica y vibrante. La Vaqueirada es un recordatorio de la importancia de las tradiciones en la vida de las comunidades, y cómo estas pueden ser celebradas y compartidas con el mundo. La unión de estos dos jóvenes en el marco de este festival es un reflejo de la conexión entre el amor y la cultura, y cómo ambos pueden entrelazarse para crear momentos memorables.
La braña de Aristébano, con su belleza natural y su ambiente acogedor, se convierte en el escenario perfecto para esta celebración. Los paisajes de Asturias, con sus montañas y praderas, ofrecen un telón de fondo impresionante que realza la magia del evento. La comunidad local se une para dar la bienvenida a los visitantes, quienes tendrán la oportunidad de experimentar de primera mano la calidez y hospitalidad de los asturianos.
A medida que se acerca la fecha, la emoción crece entre los organizadores y los asistentes. La boda vaqueira de Sofía y Ricardo es más que un simple evento; es una celebración de la vida, el amor y la cultura que define a Asturias. La Vaqueirada es un momento para recordar la importancia de las raíces y la historia, y cómo estas pueden ser celebradas a través de la unión de dos personas que se aman. Este festival no solo preserva las tradiciones del pasado, sino que también mira hacia el futuro, asegurando que la cultura vaqueira siga viva en las generaciones venideras.