La Milla 201, un área marítima rica en biodiversidad y recursos pesqueros, se ha convertido en un punto crítico para la pesca del calamar argentino, conocido científicamente como ‘Illex argentinus’. Este calamar no solo es esencial para el ecosistema del Atlántico suroeste, sino que también representa una parte significativa de la economía pesquera en España, que se posiciona como el segundo mayor importador de calamar y sepia del mundo. Sin embargo, un reciente estudio de la Environmental Justice Foundation (EJF) ha revelado que la explotación industrial de esta especie está llevando a su población al borde del colapso, mientras que las tripulaciones de los buques pesqueros enfrentan graves abusos laborales y violaciones de derechos humanos.
La EJF ha documentado cómo, cada año, cientos de buques pesqueros de alta mar se dirigen a la Milla 201 para capturar calamares, a menudo en condiciones que violan las normativas laborales y ambientales. La investigación, que incluye 169 entrevistas con tripulantes indonesios y filipinos, ha puesto de manifiesto una serie de abusos, desde jornadas laborales excesivas hasta violencia física y trabajo forzoso. Estos buques, muchos de ellos de bandera china, han sido vinculados a incidentes de agresiones físicas y muertes a bordo, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y el bienestar de los trabajadores en el mar.
### La Pesca Ilegal y sus Consecuencias
La pesca ilegal en la Milla 201 no solo afecta a la población de calamares, sino que también tiene un impacto devastador en el ecosistema marino. Las prácticas de pesca no reguladas, como el aleteo de tiburones y la matanza de mamíferos marinos, han sido reportadas por los tripulantes, quienes también han descrito cómo se oculta la identificación de los buques para evadir la regulación. A pesar de que la flota potera china ha incrementado sus horas de pesca en un 85% entre 2019 y 2024, las capturas de calamar han mostrado señales alarmantes de disminución, lo que sugiere que la sobreexplotación está llevando a esta especie a una crisis inminente.
En contraste, los arrastreros españoles que operan en la misma región están sujetos a estrictas normativas de la Unión Europea y deben cumplir con planes de gestión aprobados por las autoridades. Sin embargo, la entrada de productos de pesquerías no reguladas en el mercado español crea una competencia desleal para estos buques, que operan bajo estándares más altos de sostenibilidad y responsabilidad social. Esto plantea un dilema ético y económico para España, que debe equilibrar su papel como importador con la necesidad de proteger tanto a su flota pesquera como a los derechos de los trabajadores en el mar.
### Llamado a la Acción
La EJF ha instado al gobierno español a tomar medidas urgentes para abordar esta crisis. Entre las recomendaciones se incluye la revisión y el refuerzo de los controles de importación de calamar, especialmente aquellos vinculados a pesquerías no reguladas. También se sugiere ampliar los criterios de verificación de riesgos establecidos por el reglamento europeo contra la pesca INDNR (Ilegal, No Declarada y No Reglamentada), así como aumentar las inspecciones y las solicitudes de verificación de los envíos de calamar que presenten altos riesgos de pesca ilegal o trabajo forzoso.
Además, se ha hecho un llamado para prevenir el “control shopping” en la UE, donde los buques buscan operar en países con regulaciones más laxas. La cooperación operativa entre las autoridades de control españolas y los buques con bandera española que operan en el Atlántico suroeste también es crucial para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas en las actividades pesqueras. Jesús Urios Culiañez, responsable de políticas oceánicas en la EJF, ha enfatizado que España no puede seguir siendo la puerta de entrada de productos del mar asociados con abusos laborales y prácticas pesqueras ilegales.
La situación actual del calamar argentino es un reflejo de problemas más amplios en la industria pesquera global, donde la sobrepesca y la crisis climática están generando una presión insostenible sobre las especies marinas. Steve Trent, CEO de la EJF, ha advertido que sin medidas urgentes, el colapso de esta especie podría ocurrir rápidamente, desencadenando un efecto dominó en la vida marina y en las comunidades que dependen de ella. La responsabilidad recae no solo en los gobiernos, sino también en los consumidores, que deben ser conscientes de las implicaciones de sus elecciones de compra y apoyar prácticas de pesca sostenibles y éticas.