La reciente decisión del Consejo de Administración de RTVE de no participar en el Festival de Eurovisión 2026, programado para celebrarse en Viena, ha generado un gran revuelo tanto en el ámbito cultural como en el político. Esta postura, que condiciona la participación de España a la exclusión de Israel del certamen, marca un hito en la historia de la televisión pública española y su relación con eventos internacionales. La votación, que se llevó a cabo con una mayoría absoluta de 10 votos a favor, 4 en contra y una abstención, ha sido impulsada por el presidente de RTVE, José Pablo López, y refleja un contexto de creciente presión social y política en torno a la situación en Gaza.
La decisión de RTVE no solo pone de manifiesto la postura de España en un evento que tradicionalmente ha buscado mantenerse al margen de la política, sino que también la posiciona como el primer país del grupo ‘Big Five’ en adoptar una postura firme en apoyo al boicot a KAN, la cadena pública israelí. Este grupo está compuesto por Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido, los cuales son los principales contribuyentes económicos a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del festival.
### Contexto Político y Social
La decisión de RTVE se produce en un contexto marcado por una creciente presión política y social en España. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha sido claro al afirmar que “los eventos culturales y deportivos no deben blanquear el genocidio”, en referencia a la situación en Gaza. Además, el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, ha expresado que “no hay condiciones para que Israel participe con normalidad en este tipo de eventos mientras continúe la ofensiva bélica en Gaza”. Esta postura ha sido respaldada incluso por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha solicitado que se apliquen a Israel las mismas restricciones que a Rusia, que fue vetada tras la invasión de Ucrania en 2022.
El movimiento ciudadano también ha jugado un papel crucial en esta decisión. Recientemente, manifestaciones propalestinas en Madrid llevaron a la cancelación de la última etapa de la Vuelta Ciclista a España, y una plataforma impulsada por el partido Sumar logró reunir más de 30,000 firmas en menos de 24 horas exigiendo que RTVE se retire del festival si Israel no es excluido. Este tipo de presión social ha sido fundamental para que RTVE adoptara una postura tan contundente.
### La Reacción de RTVE y el Futuro del Festival
RTVE ha dejado claro que esta decisión no afectará los planes relacionados con el Benidorm Fest, el certamen que elige al representante español para Eurovisión. La corporación ha destacado que el Benidorm Fest tiene una identidad propia y está completamente consolidado, celebrando su quinta edición el próximo año. Sin embargo, la postura de RTVE ha sido consistente en cuanto a su crítica hacia la participación de Israel en el festival. En mayo de 2025, la cadena envió una carta a la UER solicitando un debate interno sobre la continuidad de Israel como participante, así como una reflexión sobre el sistema de televoto, que podría verse afectado por los conflictos geopolíticos.
El presidente de RTVE, José Pablo López, ha enfatizado que “la neutralidad no debe asociarse a la equidistancia y mucho menos a la indiferencia, nunca cuando se trate de denunciar una agresión como la que se está produciendo en Gaza”. Esta declaración resuena con el mensaje institucional emitido por RTVE antes de la final de Eurovisión 2025, donde se afirmaba: “Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina”.
A pesar de la presión internacional, la cadena pública israelí, KAN, ha rechazado la idea de retirarse del festival. Su consejero delegado, Golan Yochpaz, ha declarado que “no hay razón para que Israel no siga siendo una parte importante de este evento cultural, que no puede volverse político”. Esta afirmación pone de relieve la tensión entre la política y la cultura, un dilema que el festival de Eurovisión ha intentado evitar a lo largo de su historia.
En el ámbito institucional, el papel de Ana María Bordas, directiva de RTVE y actual presidenta del Grupo de Referencia de la UER, será crucial en los próximos meses. La 95ª Asamblea General de la UER, programada para los días 4 y 5 de diciembre, se presenta como un evento determinante para el futuro del festival. La decisión de RTVE podría marcar un antes y un después en la historia del certamen, que ha enfrentado críticas por su aparente neutralidad en cuestiones políticas.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de Eurovisión y su capacidad para adaptarse a un entorno en el que las demandas sociales y los derechos humanos están cada vez más presentes en la agenda pública. La decisión de RTVE podría inspirar a otros países a adoptar posturas similares, lo que podría cambiar la dinámica del festival en los próximos años. En un mundo donde la cultura y la política están intrínsecamente ligadas, la historia de Eurovisión continúa evolucionando, y la postura de RTVE es un claro reflejo de esta realidad.