La Audiencia de Sevilla ha emitido una sentencia que condena a un hombre a dos años de prisión por un delito continuado de abuso sexual contra una menor de once años. Este caso ha generado gran preocupación en la comunidad, no solo por la naturaleza de los delitos, sino también por la relación familiar entre el agresor y la víctima. La sentencia, dictada el 28 de abril, revela detalles escalofriantes sobre los abusos cometidos por el acusado, Francisco Javier M.G., quien, a pesar de no tener antecedentes penales, ha reconocido su culpabilidad en un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y la acusación particular.
Los hechos ocurrieron en varias ocasiones entre abril y octubre de 2022, en diferentes lugares, incluyendo un coche, un bar y las inmediaciones de una iglesia en Sevilla. La menor, que se refería al condenado como «Tito Javi», fue víctima de tocamientos inapropiados en diversas circunstancias, lo que ha llevado a la justicia a actuar con firmeza en este caso. La sentencia establece que el acusado aprovechó su relación familiar para cometer estos abusos, lo que añade una capa de complejidad y dolor a la situación.
### Detalles de los Abusos
Según el relato de la sentencia, el primer incidente ocurrió a principios de abril de 2022, cuando el acusado besó a la menor en el cuello y le tocó los pechos mientras estaban en un coche, esperando a que llegara su padre tras una reunión familiar. Posteriormente, el 13 de abril, el hombre frotó sus genitales contra el glúteo de la menor frente a la parroquia de San Bernardo, un acto que, según la sentencia, fue admitido por el propio acusado.
El 25 de septiembre de 2022, el padre de la menor llevó a su hija a casa del condenado, donde este volvió a tocarla de manera inapropiada. Finalmente, el 8 de octubre de 2022, en un bar, el acusado tocó a la menor por debajo de la ropa, lo que demuestra un patrón de comportamiento que se intensificó con el tiempo. Durante estos abusos, el condenado también hizo comentarios inapropiados hacia la menor, lo que añade un nivel adicional de manipulación y abuso emocional.
La sentencia no solo condena al acusado a dos años de prisión, sino que también impone una serie de medidas de protección para la menor. Esto incluye cinco años de libertad vigilada tras cumplir su condena, así como una prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima durante cinco años. Además, el condenado deberá indemnizar a la menor con 6.000 euros, de los cuales ya ha abonado 200 euros.
### Reacción de la Comunidad y Medidas de Prevención
La noticia de esta condena ha generado un fuerte impacto en la comunidad de Sevilla, donde muchos se han manifestado en contra de los abusos sexuales a menores. La Policía ha hecho un llamado a la colaboración ciudadana para ayudar a encontrar a otros fugitivos relacionados con delitos similares, enfatizando la importancia de la vigilancia y la denuncia en casos de abuso. La comunidad ha respondido con un aumento en la conciencia sobre la seguridad infantil y la necesidad de proteger a los más vulnerables.
Las organizaciones que trabajan en la defensa de los derechos de los niños han instado a las autoridades a implementar medidas más estrictas para prevenir el abuso sexual y a garantizar que los agresores sean llevados ante la justicia. La educación sobre el consentimiento y el respeto hacia los menores es fundamental para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.
Este caso también ha puesto de relieve la importancia de la intervención temprana y el apoyo a las víctimas de abuso sexual. Las víctimas a menudo enfrentan un largo camino hacia la recuperación, y es crucial que reciban el apoyo psicológico y emocional necesario para superar las secuelas de tales experiencias traumáticas.
La condena de Francisco Javier M.G. es un paso hacia la justicia, pero también sirve como un recordatorio de que la lucha contra el abuso sexual infantil debe continuar. La sociedad debe permanecer alerta y comprometida en la protección de los menores, asegurando que se sientan seguros y protegidos en sus entornos familiares y comunitarios.
