Cristina Tárrega, conocida por su papel como colaboradora en el programa ‘TardeAR’, ha logrado hacer realidad uno de sus sueños más anhelados: vivir en una casa de grandes dimensiones en Somosaguas, una de las zonas más exclusivas de Madrid. Esta vivienda, que se ha convertido en un reflejo de su personalidad, destaca no solo por su diseño moderno, sino también por su entorno natural y acogedor.
La periodista, que comparte su hogar con su esposo, el exfutbolista Mami Quevedo, y su hijo Marco, se mudó a este chalet tras una reforma integral realizada en 2011 por el prestigioso estudio de arquitectura A-cero, dirigido por Joaquín Torres. La reforma no solo transformó el interior, sino que también revitalizó el exterior, creando un espacio que combina modernidad y confort.
### Un Jardín de Ensueño y Espacios Exteriores
El exterior de la casa es un verdadero oasis. Con un amplio jardín rodeado de árboles, la vivienda cuenta con una piscina que invita a disfrutar de los calurosos días de verano. La arquitectura exterior se caracteriza por líneas curvas y un acabado en gris oscuro, complementado por enormes ventanales que permiten que la luz natural inunde el interior. Este diseño no solo aporta luminosidad, sino que también establece una conexión visual con el entorno natural que rodea la casa.
La entrada a la propiedad está marcada por un camino adoquinado que conduce directamente a la puerta principal y al garaje, creando una primera impresión de elegancia y sofisticación. El jardín, cuidadosamente diseñado, incluye palmeras, césped natural y una variedad de árboles que no solo embellecen el espacio, sino que también proporcionan un ambiente tranquilo y relajante.
### Un Interior que Refleja Personalidad
El interior de la casa de Cristina Tárrega es un testimonio de su estilo personal. La decoración combina elementos modernos y tradicionales, creando un ambiente acogedor y elegante. Los espacios diáfanos son una característica clave, permitiendo que la luz fluya libremente y dando una sensación de amplitud. Los tonos blancos predominan en la decoración, complementados por alfombras, cortinas y muebles que aportan calidez y confort.
Cada rincón de la casa está cuidadosamente decorado con detalles que reflejan la personalidad de Tárrega. Desde revistas de moda y libros hasta estatuas y jarrones de cristal con flores naturales, cada elemento cuenta una historia. En el salón, un maniquí en miniatura con un vestido de plumas negro añade un toque de originalidad y estilo.
La habitación principal es un espacio de serenidad, donde los tonos blancos y la luz natural crean un refugio perfecto para descansar. Además, cuenta con un vestidor diáfano, que se ha convertido en uno de los lugares favoritos de la periodista. Este espacio no solo es funcional, sino que también está diseñado para ser un lugar de inspiración y creatividad.
Cristina Tárrega ha compartido en varias ocasiones su historia sobre cómo adquirió esta casa. En una entrevista, reveló que su sueño se hizo realidad gracias a una conexión especial con el Cristo del Gran Poder, a quien le pidió una vivienda en Somosaguas. Su historia es un recordatorio de que a veces, los sueños pueden cumplirse de maneras inesperadas.
La casa de Cristina Tárrega no solo es un hogar, sino un reflejo de su vida y su trayectoria. Cada detalle, desde la elección de los muebles hasta la disposición de los espacios, habla de su estilo de vida y de su amor por la elegancia y la modernidad. En un mundo donde la rapidez y la inmediatez son la norma, su hogar se presenta como un santuario de paz y belleza, donde cada día es una oportunidad para disfrutar de la vida en su máxima expresión.
En resumen, la vivienda de Cristina Tárrega en Madrid es un ejemplo de cómo la arquitectura moderna puede integrarse armoniosamente con la naturaleza, creando un espacio que no solo es estéticamente agradable, sino también funcional y acogedor. Su historia de adquisición y la forma en que ha transformado su hogar son inspiradoras, mostrando que con determinación y un poco de suerte, los sueños pueden hacerse realidad.
