La reciente visita del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, a Moscú, ha puesto de manifiesto el renovado interés de Cuba por estrechar lazos con Rusia. Esta relación, que había estado marcada por un distanciamiento tras la caída de la Unión Soviética en 1991, parece estar recuperando su fuerza en un contexto internacional cada vez más complejo. La cooperación entre ambos países, que alguna vez fue un pilar fundamental en la política exterior de Cuba, está siendo reavivada en un momento en que la isla enfrenta desafíos económicos significativos.
**Un Vínculo Histórico y Estratégico**
Desde la desaparición de la Unión Soviética, las relaciones entre Cuba y Rusia se habían enfriado, pero en los últimos años, ambos países han comenzado a restablecer la cooperación en diversas áreas. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, ha expresado en repetidas ocasiones el compromiso de Rusia con Cuba, destacando la importancia de este vínculo en el contexto de la política internacional actual. En un artículo reciente, Lavrov afirmó que «Cuba siempre puede contar con nuestro apoyo», subrayando la lealtad de Rusia hacia La Habana en tiempos de crisis.
La relación entre Cuba y Rusia no solo se basa en la historia compartida, sino también en intereses estratégicos mutuos. Para Cuba, el apoyo económico de Rusia es crucial en un momento en que la isla enfrenta una crisis severa, caracterizada por la escasez de bienes básicos y apagones prolongados. Por otro lado, Rusia ve en Cuba un aliado político en América Latina, lo que le permite fortalecer su influencia en la región frente a la presión de Estados Unidos y sus aliados.
La cooperación se ha manifestado en múltiples áreas, desde la agricultura hasta la energía y la industria. En 2023, se firmó un convenio marco de cooperación bilateral que ha facilitado más de un centenar de inversiones rusas en la isla. Este tipo de colaboración es vital para Cuba, que busca diversificar su economía y reducir su dependencia de otros socios comerciales.
**Desafíos y Oportunidades en la Relación Bilateral**
A pesar de los avances en la relación entre Cuba y Rusia, existen desafíos significativos que ambos países deben enfrentar. La crisis económica en Cuba es profunda y se ha visto agravada por factores externos, incluyendo el embargo estadounidense y la pandemia de COVID-19. La falta de recursos y la inflación han afectado gravemente el poder adquisitivo de los cubanos, lo que ha llevado a un descontento social creciente.
En este contexto, la visita de Díaz-Canel a Moscú es vista como una oportunidad para fortalecer los lazos económicos y políticos. Durante su reunión con Putin, se espera que se discutan medidas concretas para aumentar la cooperación en áreas clave, como la energía y el comercio. La posibilidad de que Rusia amplíe su apoyo a Cuba podría ser un factor determinante para ayudar a la isla a superar su crisis actual.
Además, la relación entre ambos países también se ve influenciada por el clima geopolítico global. La guerra en Ucrania y las tensiones entre Rusia y Occidente han llevado a Moscú a buscar aliados en América Latina, y Cuba se ha posicionado como un socio estratégico en este sentido. La retórica de Lavrov sobre la «hermandad» entre ambos países resuena en un momento en que la política internacional está marcada por la polarización y la búsqueda de nuevas alianzas.
La reconciliación entre Cuba y Rusia también tiene implicaciones para la política exterior de Estados Unidos. La administración de Biden ha adoptado un enfoque más cauteloso hacia Cuba, pero la reactivación de los lazos entre La Habana y Moscú podría complicar aún más las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. La advertencia de Estados Unidos a Rusia y Ucrania para que se sienten a negociar antes de que Trump «pierda la paciencia» refleja la preocupación de Washington por el fortalecimiento de la alianza entre Cuba y Rusia.
En resumen, la visita de Díaz-Canel a Moscú simboliza un renacer en las relaciones entre Cuba y Rusia, un vínculo que, aunque ha enfrentado desafíos, sigue siendo relevante en el contexto actual. La cooperación en áreas económicas y políticas podría ofrecer a Cuba la oportunidad de superar su crisis, mientras que Rusia refuerza su presencia en América Latina. La evolución de esta relación será crucial no solo para ambos países, sino también para el equilibrio de poder en la región y en el mundo.