La Generalitat de Cataluña ha decidido dar un paso firme en la lucha contra la difusión de terapias alternativas sin respaldo científico, presentando una querella contra el horticultor Josep Pàmies. Este individuo, conocido por promover tratamientos como el clorito de sodio, también conocido como MMS, ha sido objeto de críticas y sanciones por parte de las autoridades sanitarias. La acción legal se fundamenta en el riesgo que sus prácticas representan para la salud pública, especialmente en un contexto donde la desinformación sobre tratamientos médicos puede tener consecuencias graves.
Pàmies, quien ha ganado notoriedad por su defensa de remedios alternativos, ha estado en el centro de la controversia durante años. Su asociación, Dolça Revolució, ha sido señalada por la Generalitat como responsable de la promoción de productos que carecen de evidencia científica, lo que podría inducir a la población a optar por tratamientos peligrosos en lugar de buscar atención médica adecuada. La querella no solo busca sancionar a Pàmies, sino también cerrar su sitio web, donde se difunden estas prácticas.
### La Promoción del Clorito de Sodio y sus Consecuencias
El clorito de sodio, que Pàmies promueve como un remedio milagroso, es en realidad un desinfectante industrial cuya venta para consumo humano ha sido prohibida por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Esta sustancia ha sido catalogada como un «medicamento ilegal» y potencialmente nocivo, lo que ha llevado a la AEMPS a ordenar su retirada del mercado. A pesar de las advertencias, Pàmies ha continuado organizando eventos donde se alienta a los asistentes a consumir MMS, argumentando que puede curar enfermedades como el autismo y, en el caso de la pandemia de COVID-19, que puede ser un tratamiento efectivo.
Durante la crisis sanitaria, Pàmies organizó actos multitudinarios en los que desestimaba las medidas de seguridad, como el uso de mascarillas. En uno de estos eventos, celebrado en 2020, reunió a un millar de personas en un abrazo colectivo, desafiando las restricciones impuestas para controlar la propagación del virus. Este tipo de acciones han sido fuertemente criticadas por las autoridades sanitarias, que advierten que la promoción de MMS no solo es engañosa, sino que también puede retrasar el acceso a tratamientos médicos adecuados, poniendo en riesgo la vida de las personas.
El doctor Pedro Hidalgo, coordinador del Observatorio de la Prescripción de la Organización Médica Colegial, ha sido uno de los muchos profesionales de la salud que han alertado sobre los peligros del MMS. En declaraciones previas, Hidalgo enfatizó que «quien toma MMS está tomando lejía», subrayando la gravedad de consumir una sustancia que no tiene respaldo científico y que puede causar daños severos a la salud.
### Reacciones y Consecuencias Legales
La decisión de la Generalitat de presentar una querella contra Pàmies llega tras años de advertencias y sanciones que no han logrado frenar su actividad. En 2018, Pàmies fue sancionado con una multa de 600,000 euros por promover el MMS, pero esto no ha sido suficiente para disuadirlo. La nueva acción legal busca no solo sancionar sus actos, sino también establecer un precedente en la lucha contra la desinformación en el ámbito de la salud.
Pàmies ha intentado defenderse en los tribunales, incluso llevando a juicio al anterior conseller de Salud, Manel Balcells, por calificarlo de «estafador» y «farsante». Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña respaldó las afirmaciones del conseller, argumentando que era responsabilidad de los poderes públicos proteger la salud de la ciudadanía. Esta situación pone de manifiesto la creciente preocupación por la proliferación de información errónea en el ámbito de la salud, especialmente en un momento en que la confianza en la ciencia y la medicina es crucial.
La querella contra Pàmies no solo es un caso aislado, sino que refleja un problema más amplio en la sociedad actual, donde la desinformación puede tener consecuencias devastadoras. Las autoridades sanitarias y los profesionales de la salud continúan trabajando para educar al público sobre los riesgos de las terapias alternativas sin evidencia, enfatizando la importancia de buscar tratamientos basados en la ciencia y la medicina convencional. La lucha contra la desinformación en salud es un desafío constante, y casos como el de Pàmies subrayan la necesidad de una respuesta contundente por parte de las instituciones para proteger a la población de prácticas potencialmente peligrosas.